En agosto de 2018, en «Café de la tarde», LN + (canal televisivo de LA NACIÓN) entrevistó a Adriana Ziliotto y al día siguiente publicó el artículo de su autoría, titulado «Cómo trabaja la Grafología, la técnica que estudia la escritura como reflejo de la personalidad», que se reproduce a continuación:
La Grafología estudia la escritura como reflejo de la personalidad total (identidad bio-psico-social). Analiza el grafismo, no a la persona. Los resultados se obtienen por la relación de distintas variables gráficas que componen síndromes. El orden aborda la ocupación general del espacio. Cuando el escrito domina la superficie en forma condensada y mantiene la legibilidad, sin producir choques entre distintas zonas de las letras que se prolongan exageradamente hacia arriba o hacia abajo, proyecta actividad intensa, planificada con claridad mental.
Si estas características se corroboran en una hoja lisa, podría agregarse capacidad de decisión e independencia de criterio ya que no dependerían de la incidencia del entorno.
La vitalidad y el entusiasmo se reflejan también en el grado de ocupación del margen derecho que, en sus distintos grados, va desde compatibilidad con conductas retraídas y dubitativas, pasando por entusiasmo en los proyectos, hasta conductas invasivas
La dirección evalúa la rectitud y horizontalidad de la escritura, compatible con claridad de objetivos y elección de los recursos adecuados para lograrlos, sin que esto implique la valoración moral de los mismos. También aquí tiene gran incidencia la pauta impresa porque ofrece una estructura organizadora externa.
La verticalidad de las letras respecto a la línea de base habla sobre la influencia de las emociones. La posición perpendicular indica mayor control que redunda en objetividad y prudencia. La inclinación a la izquierda refleja restricción de las emociones, desconfianza y puede implicar angustia a la hora de tomar decisiones. La inclinación a la derecha marca predominio de la afectividad, necesidad de contacto con el otro, decisiones rápidas. Si se combina con dimensión grande, se magnifica el factor emocional y sus consecuencias. Al contrario, la pequeña refuerza la capacidad analítica, la objetividad y opera como factor inhibidor. La presión también agrega intensidad según la mayor o menor profundidad (imposible de apreciar/medir cuando no se cuenta con originales).
La mezcla de imprenta y cursiva, ligada y desligada en un marco de considerable velocidad, indica ductilidad, adaptación a distintas circunstancias, repentización para resolver problemas, combinación de intuición y lógica.
La velocidad (cuando no se pudieron hacer mediciones específicas) se registra en rasgos que hacen a la fluidez. Entre ellos, las «uniones altas» como la ligadura el punto de la «i» con la letra siguiente, también indicador de velocidad mental.
La Grafología Emocional relaciona aspectos formales con contenidos y así detecta «palabras clave». Son las que exhiben accidentes gráficos, proyectivos de choques de emociones inconscientes que encuentran ese camino para superar la barrera de la represión. Eso los hace particularmente valiosos, mucho más que subrayados u otros señalamientos que son producto de una actividad consciente.
Por: Adriana Ziliotto
* La autora es Licenciada en Psicología y Perito Grafóloga.
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