Inusitada experiencia fue cursar la asignatura “Técnicas Proyectivas” con una psicóloga que prohibía hacer mediciones para determinar el grado de macro o micrografía de las figuras que componían los diferentes test. Sí… estaba prohibido. Se debía “medir a ojo” so pena de aplazo. Ella lo hacía de ese modo y no advertía que valoraba indefectiblemente a todas las figuras como macrográficas aún cuando, en realidad, eran de tamaño normal e, incluso, pequeñas.
La “profesora” evidentemente no sabía que su cerebro -como todos los cerebros- debe procesar las percepciones de color, textura, forma, dimensión y movimiento para lograr una interpretación coherente, una imagen única y lógica. Y cuando entra en conflicto con la información, nos puede hacer ver lo grande como pequeño y viceversa. En efecto, la “profesora” no sabía que existen las “ilusiones ópticas”…
A partir de ahí es fácil entender que la grafometría es una necesidad para una correcta grafonomía de las escrituras. Sobre todo cuando de ello depende una interpretación, un cotejo evolutivo o caligráfico.
Una de las clasificaciones de las ilusiones ópticas incluye el tipo “de distorsión”, que abarcan los errores de percepción de las propiedades geométricas, como tamaño, longitud, curvatura.
La ilusión de “las mesas de Shepard” es un ejemplo contundente, publicado en 1990 en “Mind Sights” (Vistas de la mente). La imagen muestra dos mesas que se perciben como de tamaño absolutamente disímil. Pero son iguales… y la única manera de autonvencerse es calcar una de las tapas y superponerla a la otra. Después de esta experiencia parece imposible volver a decir que una letra es alta, baja, ancha, más alta que ancha o más ancha que alta…sin medirla antes.
Otra de las ilusiones que atentan contra las ganas de “medir a ojo” es la de Jastrow, que produce el mismo efecto, pero con dos superficies arqueadas.
Y si pasamos al género dirección, es bueno tener en cuenta “la ilusión de la pared de la cafetería”, descripta en por primera vez 1898.
En este caso, las líneas que separan baldosas negras y blancas escalonadas, son perfectamente horizontales y paralelas…aunque no lo parezcan.
Esta variedad de ilusiones ópticas cognitivas acechan a quienes valoramos imágenes (grafólogos, psicólogos, calígrafos) y se hacen evidentes a través de diversos experimentos que revelan la vulnerabilidad de la visión. De no tomar recaudos, la vulnerabilidad se trasladará a nuestro trabajo… como al de aquella “profesora” de “Técnicas Proyectivas”…
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