La historia de la ciencia se matiza con una gama de períodos que van de lo relativamente estático hasta los grandes saltos hacia adelante. Y la evolución de la técnica no es ajena a estas variaciones. Es posible que -en perspectiva- la irrupción de la informática, que avanza sobre todos los ámbitos de la investigación, nos ubique en una etapa particularmente fértil ya que proporciona instrumental específico para muchas disciplinas, así como programas estadísticos de procesamiento de datos y softs que incorporan cálculos y gráficos y numerosas funciones automáticas.
El estudio de la escritura no queda fuera del cambio. Las tabletas de captura de datos biométricos facilitan la medición y análisis de las variables gráficas con muchas menos limitaciones que algunos de los instrumentos que se venían utilizando.
AYER Y HOY: GRAFOPATOLOGÍA Y PERICIA CALIGRÁFICA
Históricamente se hicieron grandes esfuerzos para estudiar la velocidad objetiva de la escritura, ese aspecto sutil y difícil de determinar en un grafismo ya producido en papel, que hoy, gracias a los mencionados avances, se ha convertido en una “variable estrella” para la vanguardia de los expertos.
Con estas nuevas herramientas (o no tan nuevas…porque se utilizan desde fines del siglo pasado) el índice de velocidad se obtiene gracias a la medición informática de la longitud del hilo gráfico (ya sea del trazo físico como de los enlaces inmateriales) y la división de esa medida por el tiempo en que fue realizado. Estos procedimientos a cargo de expertos en programación liberan de esa tarea matemática especializada a los profesionales de la escritura y les facilita la propuesta de hipótesis originales.
En grafología, esto además permite establecer módulos estadísticos sobre el comportamiento de la velocidad objetiva esperable en escritos originados por pacientes con diferentes enfermedades, datos que la grafopatología aporta a la medicina para coadyuvar a los “screening”, diagnósticos, evolución de afecciones, efectos de drogas y cirugías, etc.
También en el campo de la pericia caligráfica, por ser la velocidad (junto con la presión) una de las variables más difíciles de manejar a voluntad por el falsario, la información biométrica sobre su comportamiento -a la hora del cotejo- resulta aún más reveladora que otras algo más controlables como forma, inclinación, tamaño, dirección.
LA RÚBRICA, CENTRO DE ATENCIÓN
La relación mayor velocidad/mayor presión, difícil de encontrar en la escritura corriente, se da frecuentmente cuando se trata de rúbricas espontáneas. Este dato, susceptible de ricas interpretaciones grafológicas desde el punto de vista bio-psico-social (tanto cuando se cumple la regla, como cuando se produce la excepción), es también una característica que abre nuevas perspectivas para el cotejo pericial caligráfico y motivo de una inventigación que avanza para encontrar resultdos estadísiticamente significativos.
La imagen 1 reproduce el procesamiento del archivo de una firma capturada sobre tableta informática donde las cifras en el cuadro de la derecha muestran:
- N° de fases, alternancia de tramos físicos y aéreos en azul y rojo, respectivamente (igual a los colores de los trazos que componen la firma)
- Longitud de esos hilos, en cm
- Tiempo de ejecución en segundos
- Velocidad (velocidad objetiva, índice longitud Hilo/Tiempo)
- Presión (promedio de la fuerza ejercida en cada punto, entre cero y 1024 niveles).
La rúbrica corresponde aquí a la fase física N° 10, con un índice de velocidad de 12,39 y una presión de 789 niveles, ambas mayores a las restantes fases y, por consiguiente, a los promedios generales que se muestran al final del mismo cuadro: velocidad 5,46 y presión 487.
Al pie se observa en gráfico de línea la curva de Velocidad (en verde). La de Presión (en fucsia) se muestra invertida para representar, a manera de perfilómetro, la hendidura que la fuerza de inscripción produciría en un papel.
GRÁFICOS DE VELOCIDAD Y PRESIÓN, JUNTOS Y SEPARADOS
Estos gráficos se pueden visualizar, como muestra la imagen 2, también en forma separada. El cruce de ambos en el tramo final indica el aumento de las dos variables: presión y velocidad.
En las imágenes 3 y 4 se amplían detalles del fenómeno con la inclusión de los gráficos de barras, representativos de las 10 fases físicas de la firma analizada.
RECONFIRMAR Y VISUALIZAR LAS PRUEBAS DE SAUDEK
La posibilidad de seccionar la rúbrica y analizarla independientemente, repite claramente el resultado de uno de los estudios realizados por Robert Saudek, según el cual se produce una disminución de la velocidad de los movimientos gráficos ante cada cambio de dirección, por lo que no existe velocidad objetiva uniforme.
En este caso, en la imagen 5 se observa en detalle el descenso a “cero” del índice de velocidad en cada uno de los ángulos a izquierda y derecha de la rúbrica fulgurante:
Para arribar a sus conclusiones, en 1914 Saudek solicitó al psicólogo estadounidense F. N. Freeman la medición de la velocidad del movimiento escritural mediante la cámara cinematográfica. Este ensayo (1) se hizo filmando un puño en el acto de escribir con lente de acercamiento y la exposición regulada en fracción de 1/25 segundos. De esta manera, una vez revelado el filme, se proyectaba cuadro por cuadro y se medía el trazo realizado en cada uno. Ese lapso fue registrado como “Unidad Freeman” aunque luego fue cambiado a 1/24 que es el tiempo cinematográfico para tomas normales.
Se obtuvieron resultados aún vigentes que le hicieron decir a José y Celso del Picchia: “Antes se reconocía y sentía la presencia de esas cualidades pero no se sabía por qué estaban contenidas en la escritura”. En efecto, antes se decía que “el grafismo posee algo indefinido, inexplicable, no susceptible de demostración, pero que todos sentimos, y que sirve para su identificación. ¿No estaría allí la explicación del misterioso formniveau de Ludwig Klages, o de la criticada expresión, el alma de la escritura, usada por los viejos maestros escritores, precursores de los modernos peritos calígrafos?” (2).
Si se relacionan hoy las palabras de los peritos Del Picchia con los softs biométricos, se podría decir que dieron un paso más en la demostración de otros fenómenos que siempre estuvieron allí pero que, hasta el momento, no podían pasar del nivel de hipótesis.
Tanto ayer como hoy la pericia caligráfica y la grafopatología siguen siendo los beneficiarios “adelantados” de los estudios. Pero se suman la grafoselección de personal (cotejo de escritos de postulantes), la grafología infantil (seguimientos evolutivos de grafismos típicos y atípicos) y otras áreas que descubrieron la especificidad del valor agregado que aporta la biometría escritural.
UN POCO MÁS DE HISTORIA
Ludwig Klages (3) se lamentaba mucho por las “dificultades considerables” que ofrecía la apreciación de la “velocidad objetiva”. Por ese motivo, decía, “otra noción de la velocidad ha alcanzado entretanto gran popularidad, es decir la idea de la velocidad de rendimiento, por la que ha de entenderse el promedio de velocidad obtenido al hacer escribir a un sujeto un texto de cierto número de sílabas, registrando el tiempo de ejecución. Naturalmente tal resultado se obtiene por medios muy simples y puede -pero no necesariamente- corresponder a la velocidad objetiva”.
Por otra parte y en función de lo que el psicólogo W. T. Preyer había observado en la escritura de Darwin, Klages encuentra que la velocidad de rendimiento no se logra solamente por la rapidez del movimiento, sino por el acortamiento del hilo gráfico (simplificando las formas, abreviando el trayecto). “Esto se ve inmediatamente por el aspecto de la escritura -dice- ¡pero no nos revela la velocidad objetiva!”. Ese punto seguía sin resolverse…
Las primeras investigaciones experimentales sobre la velocidad objetiva de la escritura ya habían sido hechas en el año 1893 por Alfred Binet (Francia 1857-1911) y Courtier con la pluma eléctrica de Thomas Alva Edison (Estados Unidos 1847-1931).
El descubrimiento de la velocidad objetiva de la que hablaba Klages proviene del siglo XIX, en particular de la escuela del psiquiatra alemán Emil Kraepelin (1856-1926), inventor de la balanza gráfica. Se trata de una plancha que se mueve por efecto de un resorte que, mediante un mecanismo de palancas, permite registrar la longitud del hilo gráfico sobre un tambor que gira a una velocidad determinada.
Con este aparato, sus discípulos Adolfo Gross y Augusto Diehl realizaron experiencias sobre velocidad y presión gráficas en el ámbito de la grafopatología en enfermos mentales (4). Y en 1934 Kathe Tittel (5) procura capitalizar estos datos para la valoración de las diferencias gráficas individuales más allá de las proyecciones patológicas.
En general se trataba siempre de aparatosos artilugios mecánicos que requerían complejos procedimientos, características materiales que, además, acotaban su difusión entre los investigadores y el uso entre los profesionales.
Pero aunque ahora estén solo en el recuerdo, representan el esfuerzo de la ciencia en el campo de la documentoscopía. Por eso el recuerdo tiene sabor a homenaje…
(1) Freeman, F.N. – “An experimetal análisis of de writing movement” – Psicol. Monogra. – 17/4/1914 y “The handwriting movement” – Chicago, Univ. Press – 1918
(2) Del Picchia, José (hijo), Del Picchia, Celso – “Tratado de Documentoscopía” – Ediciones La Rocca -1993 – Buenos Aires
(3) Klages, Ludwig – “Escritura y carácter” – Ed. Paidos, 1972 – Buenos Aires – pág. 85-86
(4) Gross: “Untersuchungen [ubre die Schrift Gesunder und Geisteskranker”. (Investigaciones sobre la escritura de sanos y enfermos mentales) en “Psychologische Arbeiten” (Kraepelin, vol. II, 1899) – Diehl, “Ueber die Eigenschaften der Schrift bei Gesunden” (Las propiedades de la escritura en las personas sanas, ibídem, vol. III, 1901)
(5) Tittel, Kathe – “Untersuchungen uber Schreibgeschwindigkeit”. (Investigaciones sobre la velocidad escritural), 1934
Claudia Coria dice
Excelente!!!, Empecé a estudiar grafoanalista.
Y me pareció interesante tu trabajo!.
Adriana Ziliotto dice
Gracias Claudia!Espero que aprendas sobre nuevas tecnologías. Son una realidad insoslayable en nuestra disciplina. Un abrazo y mucha pero mucha suerte!
Liliana Soria dice
Muy bueno Adriana, velocidad y presión «cuantificada» y relación entre ellas. Se puede hablar con objetividad, gracias a Egraphing. Muy didáctico!
Adriana Ziliotto dice
Ojalá te sirva para muchas pericias… Lo bueno de esto es que no se trata de imágenes creadas por el perito para representar lo que él infiere, sino que son mediciones del fenómeno que, en todo caso, corroboran sus inferencias. El sof no es otra cosa que un simple instrumento de medición… Un abrazo y que sigan tus éxitos!!
EDUARDO ACEVEDO ARREGUIN dice
En la actualidad mientras más nos apoyemos en las herramientas adecuadas, los dictámenes dejarán de ser subjetivos, y sobre todo en este tema.. presión y velocidad, temas que causan una gran polémica siendo que son características totalmente físicas que no pueden interpretarse a la ligera… aceptemos el avance tecnológico…
Adriana Ziliotto dice
Hola Eduardo! Coincido totalmente… Creo que todavía hay algunas resistencias con los instrumentos informáticos. Si la novedad la aportara una herramienta óptica o lumínica, quizá sería aceptada con mayor beneplácito. Un abrazo!