La Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos tiene aproximadamente 4800 revistas biomédicas publicadas en más de 70 países desde 1966 hasta la actualidad. Su motor de búsqueda es Pub Med, por el que podemos acceder a todos ellos.
Allí encontramos miles de investigaciones médicas realizadas sobre escritura en Hospitales y Universidades de todo el mundo. Entre ellas, hay una que toma como punto de partida estudios epidemiológicos que muestran que casi el 60% de las personas con esquizofrenia medicadas con antipsicóticos convencionales, sufren efectos secundarios extrapiramidales que no pudieron eliminar los nuevos antipsicóticos.
Controlar estos efectos no deseados puede mejorar los resultados del tratamiento y disminuir las hospitalizaciones repetidas.
El análisis de la escritura es utilizada continuamente para el seguimiento de estos síntomas. Se hizo por primera vez en 1961 (Haase) y se repitió en múltiples estudios sobre psicofármacos (Gallucci, Phillips, Bradshaw, Vaddadi y Pantelis, 1997; Gerken, Wetzel y Benkert, 1991; Kuenstler, Juhnhold, Knapp, y Gertz, 1999; Gerken et al., 1991).
El presente estudio se realizó en 2009 en el departamento de Psiquiatría de la Univerdidad de California, estados Unidos de América y fue publicado en Human Movement Science (pags 633-642).
Tomó 27 pacientes esquizofrénicos medicados con risperidona, 6 pacientes sin medicación y 47 participantes sanos que integraron el grupo de control.
Todos realizaron una batería de 20 minutos de escritura y actividad escriptográfica, consistente en series de bucles. Todo se ejecutó sobre una tableta de captura informática y se analizó con un soft.
Los pacientes tratados con risperidona registraron menor velocidad de movimiento en los bucles en relación con los pacientes no medicados. Del mismo modo, disminuyó la fluidez de la escritura a medida que se aumentaba la dosis. Las variaciones de la escritura coincidieron en un 83 por ciento con las variaciones de la medicación. En cambio no se encontró correlación entre las observaciones no gráficas y las dosis.
El estudio fue realizado por Michael P. Caligiuri, Ph.D., 1 Hans-Leo Teulings, Ph.D., 2 Charles E. Dean, MD, Alexander B. Niculescu, III, MD, Ph.D., y James Lohr, MD, quienes concluyeron que la escritura podría ser más adecuada para predecir la respuesta al tratamiento que las escalas de clasificación de la gravedad basadas en observaciones clínicas.
Les dejo la reproducción de uno de los gráficos (sobre dimensión) que arrojaron las mediciones, la tapa de la Revista, el abstract del artículo y el escudo de la Biblioteca Nacional de Medicina de USA.
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