Sí… podríamos seguir hablando de “fusiforme” simplemente porque es un término incorporado al léxico grafológico y porque podemos considerar que dejó de ser una palabra descriptiva de un fenómeno gráfico, para convertirse en un concepto que va más allá de su literalidad.
El término pertenece a la nosografía del género presión y refiere a la forma (fusi: huso) que deviene de los cambios de calibre como resultado de la ejecución con pluma de gavilanes flexibles. Pero las cosas cambiaron con la aparición del bolígrafo… La desigualdad en la fuerza de inscripción impacta mínimamente en el calibre porque ya no hay gavilanes que se separan. La presión mantiene el sentido en que es aplicada: perpendicular a la superficie del soporte. Se proyecta entonces en mayor profundidad, aspecto que se quedó en las antiguas escalas nominales (fuerte, mediana, moderada, leve) que responden a parámetros sujetos a la observación del perito, con ayuda de instrumental óptico (lupa binocular) y lumínico (luz rasante). Pero ahora empobrecidas por la falta de un calibre multifacético, ricamente proyectivo, transparente…
Fue el grafólogo italiano Sante Bidole quien, desde su obra “Grafometrie”, en 1984 decidió afrontar el problema y publicó los módulos de fuerza con birome de acuerdo al calibre y en relación a los distintos diámetros de bolillas disponibles en el mercado en ese momento: 8, 10 ó 12 dmm. Este aporte adquiere relevancia cuando se administran baterías grafológicas con un encuadre que incluya el diámetro de la bolilla.
Bidole determinó que la relación calibre/fuerza alcanza, en su grado máximo, 2 tercios del diámetro de la bolilla utilizada.
A continuación, reproducimos la escala de 10 a 100 grados de presión, según el calibre del trazo de tres diámetros de bolilla, tal como aparece en su libro:
Fuerza en Centígrados | Diámetro bolilla 8 dmm | Diámetro bolilla 10 dmm | Diámetro bolilla 12 dmm |
10 | 1,5 | 1,9 | 2,3 |
20 | 2,2 | 2,7 | 3,2 |
30 | 2,6 | 3,3 | 4,0 |
40 | 3,0 | 3,8 | 4,6 |
50 | 3,4 | 4,2 | 5,0 |
60 | 3,7 | 4,6 | 5,5 |
70 | 4,0 | 5,0 | 6,0 |
80 | 4,2 | 5,3 | 6,4 |
90 | 4,6 | 5,7 | 6,8 |
100 | 4,8 | 6,0 | 7,2 |
Para su lectura, es necesario entrar al cuadro por la columna correspondiente al diámetro del bolígrafo utilizado y buscar en ella los dmm de calibre que se midieron en el escrito. Por ejemplo, si el escrito fue producido con una bolilla de 10 dmm y alcanza un calibre de 3,8 dmm, se busca en la columna de la izquierda la intensidad de la fuerza ejercida: en este caso, 40 centígrados.
El rigor de las mediciones permite establecer precisiones relativas al relieve, presión desplazada y particularidades según distintas zonas de la hoja, entre otras.
Cabe señalar que, si bien hoy existen precisos escaneres 3D que hacen relevamientos topográficos que determinan con exactitud el grado de profundidad de la hendidura del bolígrafo sobre el papel, todavía no se difundieron estudios sobre la cuantificación de grados de fuerza esperables. Además, por su costo, estos instrumentos integran laboratorios especializados y no están al alcance de los particulares.
Párrafo aparte merecen las exhaustivas mediciones de la presión mediante capturas informáticas, pero en ese caso no estaríamos hablando de bolígrafo sobre papel, sino de un nuevo soporte y un nuevo instrumento escritural…
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