No sé si el concepto de “zona de interferencia” tiene un autor conocido. No lo recuerdo… y pido disculpas por anticipado.
En cambio tengo muy presente que muchos grafólogos valoran negativamente ese espacio entre líneas y presentan como contrapartida positiva –para evitarlo– el aumento de esa distancia, aún fuera del módulo.
Sería algo así como circular en una ciudad que permitiera distanciarnos los unos de los otros tanto pero tanto, que no fuera necesario controlar el despliegue de nuestros movimientos y desplazamientos porque jamás chocaríamos con nadie… Pero quienes vivimos en una ciudad como Buenos Aires sabemos que eso es prácticamente imposible. Estamos hiper-alerta para no impactar físicamente con el prójimo a cada paso, para que no nos pise un auto, nos atropelle una bicicleta y no incomodar a quienes tenemos al lado a un ascensor o un transporte público repleto…
Pero ese alerta continuo se convierte en una conducta automática. Sí…Automáticamente esquivamos todos esos obstáculos. Si no lo lográramos sería insufrible la vida en esas condiciones… De hecho, muchos confiesan su inadaptación y su deseo de huir de la ciudad.
En los escritos como en la vida misma (por eso la grafología estudia proyecciones), podemos automatizar una conducta que permita compartir espacio sin colisionar… En los escritos que no lo logran, se producen los conocidos “choques de ejes”. Si son muy profusos, la escritura se vuelve “confusa o enmarañada”.
El grafólogo y calígrafo francés Félix Michaud estudió este comportamiento gráfico y describió el “reflejo de evitación”. Así lo llamó y lo publicó en la “Revue Internationale de Criminalistique” (citada por el Dr. Luis G. Velásquez Posada en su libro “Falsedad documental y laboratorio forense”). La ausencia de este reflejo produce, justamente, la dificultad de evadir los entrecruzamientos sobre todo de hampas y jambas, cosa que se evidencia no solo en choques propiamente dichos, sino en movimientos voluntarios para evitarlos. Y pone ejemplos de esta variante:
Aquí observamos una mayúscula que empieza demasiado a la derecha para evitar tropezar con el pie de una “p” minúscula de la línea anterior; allá una “l” minúscula inclina su lazo para no chocar con una “g”; más allá, un acento se baja o se desplaza lateralmente para situarse debajo al lado del lazo de una “j”.
Describe así una zona de interferencia sin choques pero que muestra la ausencia del reflejo y, al mismo tiempo, un gran esfuerzo. Se trata de una conducta evitativa voluntaria. Desde el punto de vista caligráfico, podría evidenciar la intervención de otro pulso. Desde el punto de vista grafológico muestra una parte positiva: no hay claridad ni adaptación… sin embargo se las busca.
Pero existe un tercer recurso: un interlineado por encima del módulo para que no se genere la zona de interferencia. Este hecho es compatible con una gran claridad… pero como producto de la toma distancia. Un resultado positivo que tiene su raíz en una falta de adaptación tanto espontánea como voluntaria. Todo está muy cristalino y despejado… mientras no se tenga que compatibilizar… Este signo es aún más transparente en escritos en hoja pautada que saltean renglón por medio.
¿Esto es lo que se valora de manera positiva?
Es posible que sea una “salida” evolutivamente inteligente en una escritura infantil que carece de otros recursos. Una etapa que se puede superar cuando se despeja la confusión y sobreviene la adaptabilidad y la capacidad de conciliación.
Y…¿en la escritura de un adulto?
Gracias ADRIANA como siempre tus explicaciones son muy claras !!
Lo comparto con el Grupo Grafología para que todos los integrantes puedan disfrutar la lectura.
Cariños
AMELIA
La agradecida, como siempre…tengo que ser yo…Un beso!!
Gracias por pensar así, Ame! Es un estímulo para seguir estudiando para fundamentar nuestras interpretaciones. Creo que es una de las maneras de construir credibilidad. La otra es más complicada: la investigación… Un beso grande! Gracias de nuevo…
Muchas gracias Adriana! En relación al tercer ejemplo también pueden darse, además de una excesiva separación entre líneas, jambas sublimadas, acompañadas de una escritura inhibida y/o contenida. En cuyo caso, esa evitación consciente sería el testimonio de; mantener distancia del otro por temor a ceder a algún tipo de atracción que se reprime por considerar inadecuada, y contra la que se lucha conscientemente.
Ya en este caso, a diferencia del planteo de Michaud, la evitación sería hacia una amenaza que habita más en el mismo, que en el otro.
Totalmente de acuerdo!. La interpretación de Michaud tiene puntualmente que ver con el evitamiento por intervención fraudulenta de otro pulso. La «extensión» a lo grafológico de mi propuesta es un poco esquemática porque la idea es abrir la puerta a un análisis del fenómeno que salga de la repetición mecánica de lo que dice tal o cual manual, carente de la comprensión de las causas de la proyección. A partir de ahí… sumar todas las variables que presente cada caso, tal como vos proponés… Gracias por tu aporte!!
Gran abrazo Adriana, siempre es un placer leerte, y sentir tu dinámica progresiva, que no para de sumar!!
Muy interesante el aporte. Gracias
Temas que unen a la pericia caligráfica con la grafología… Cariños!