Es bastante frecuente que se presente la situación de analizar firmas producidos en el protocolo de un test o en una planilla de datos para selección de personal, condicionados por pautados y espacios que restringen o condicionan de diversa manera la amplitud de la expresión gráfica habitual. Y estas “alteraciones” resultantes proporcionan  valiosísimos datos para el análisis… sobre todo si podemos contar con escritura y firma espontánea para aplicar el aspecto “varialibilidad”  del género “continuidad”. Pero si eso no sucede (hecho más común que lo deseable en el campo de la grafología…), debemos recurrir a información supletoria que permita inferir el tipo de transformación gráfica sufrida y, por consiguiente, el tipo de respuesta psicológica que provocó en el sujeto.

Por ejemplo, sabemos que la propiedad homotécica del cerebro que actúa como un “zoom” sobre la firma, es un resguardo para su identidad. Pero no se produce del mismo modo en cualquier espacio.

Por eso suma mucho a nuestras inferencias el pequeño estudio realizado por Susan E. Morton (1). Trabajó con 11 personas entre 25 y 55 años que primero firmaron 5 veces en hojas que marcaban amplios espacios de manera muy tenue. Luego realizaron 3 firmas en una planilla con cada una de las siguientes 4 limitaciones espaciales:

1) Reducción de un tercio del espacio lateral, sin limitaciones verticales

2) Reducción a la mitad del espacio lateral, sin limitaciones verticales

3) Reducción a la mitad del espacio lateral, y espacio vertical reducido a la mitad

4) Reducción a la mitad del espacio lateral y vertical

Los resultados, muy importantes para la pericia caligráfica, ofrecen interesantes aristas al análisis grafológico.

Por ejemplo, la restricción lateral provocó las siguientes respuestas:

1. En 9 casos se dio disminución de los espacios entre letras, entre palabras y leve estrechamiento de letras. La altura disminuyó muy levemente en algunos casos; en ningún caso fue en forma proporcional.
2. Los otros 2 casos aumentaron la altura.
3. Todos los casos aumentaron -en mayor o menor medida- la angulosidad de las letras.

Si la hoja representa al espacio social, las pautas reflejan las normas y el ancho de las letras y la distancia entre ellas proyecta el nivel de expansión, receptividad, extroversión y sociabilidad (en un recorte operativo, más allá de su inserción en un síndrome gráfico), la adecuación al menor espacio lateral significaría moderación con fines adaptativos. Pero, al mismo tiempo muestra que esa constricción, mientras hubo posibilidad (espacio superior), generó algún nivel de agresividad (aparición de angulosidad).

Cuando la reducción del espacio lateral pasó de un tercio a la mitad, 5 de los participantes continuaron comprimiendo el ancho sin reducir la altura, lo que acentuó la angulosidad. Estas diferencias indican grafológicamente que, en efecto, se trataría de personalidades diferentes que, ante una coerción mayor, responderían con mayor dureza. Se generalizó también una alteración del ritmo y la fluidez.

Por el contrario, nada de esto ocurrió cuando se aplicó una restricción simultánea del  espacio horizontal y vertical: la firma resultó miniaturizada (homotecia conservada) y se mantuvo la fluidez original.

Esto informa que la no disponibilidad de espacio vertical compensatorio promueve  una adaptación gráfica más automática. Pero en lo grafológico…

• ¿también indica una adaptación más natural en función del fenómeno subjetivo, psico-social?
• ¿podría ser que la relación con el entorno soporte límites mientras no se vea  contrariado el equilibrio?
• ¿puede reflejar que ese límite a la expansión sea asumido como una forma de contención y, como tal, sea más fácil de aceptar en tanto no contradiga el estilo personal?

Todas estas preguntas son derivaciones de otra previa y básica, que ya tenía respuesta:

• la adaptación de la escritura al espacio es reflejo de la adaptación de la persona a la realidad.

Advertir las condiciones del espacio, el “a priori” de la escritura,  nos habilita a hilar más fino, a interpretar algo más…

(1) Periódico de Ciencias Forenses” (JFSCA), enero 1980, vol. 25, n° 1, ps. 141 a 145. Publicado en «Investigaciones Documentales», Coordinado por Julia E de la Peña. 2005. Ed. La Rocca