A raíz de la necesidad de encontrar certezas sobre la capacidad de los adultos mayores para tomar decisiones, en 2016 un grupo de médicos investigó la relación entre el deterioro cognitivo inicial, la firma y la escritura corriente… Un dato importante para tantos informes y pericias caligráficas y grafológicas que involucran este tema…

La población estadística fue de 36 pacientes con Deterioro Cognitivo Leve y 38 con Demencia Inicial a quienes, además de la batería grafológica, se les administró una batería neuropsicológica, lo que muestra que siempre las investigaciones grafopatológicas se realizan sobre la base de un diagnóstico médico y carecen de valor cuando no constan esos datos de manera fehaciente. Es la situación exactamente inversa a la que suele darse en el marco de una demanda judicial o una derivación médica, casos en que se requiere que el grafólogo sea quien suministre la información que le falta al Juez o al Médico como aporte para su dictamen o su diagnóstico, respectivamente.

El estudio que aquí referimos mostró una correlación significativa entre la escritura espontánea y las funciones cognitivas… pero no ocurrió lo mismo con la firma. Un corolario que no sorprende si se tiene en cuenta que la firma es lo más automático de la producción gráfica y tiene su resguardo en los núcleos de la base, más que en la corteza…

Los autores son Renier, M., Gnoato, F., Tessari, A., Formilan, M., Busonera, F., Albanés, P., Sartori, G., Cester, A. y trabajaron en el Departamento de Medicina de la Unidad de Geriatría de Evaluación de Envejecimiento Cerebral y Alzheimer, Venecia, Italia. La investigación se publicó en la Revista “Aging Clinical and Experimental Research” (págs. 505 a 511).